Pestañas

martes, 6 de marzo de 2018

PASCUA DE: SOR Mª ÁNGELA DE S. FRANCISCO MARTÍN SEGUNDO



RESEÑA BIOGRÁFICA DE

SOR MARÍA ÁNGELA DE SAN FRANCISCO MARTÍN SEGUNDO

Nació en Villanueva del Duque, Salamanca, el 28 de agosto de 1921

El día 21 de marzo de 1945 ingresó en el Convento de Nuestra Señora de Gracia, en Jerez de los Caballeros. El día 1 de marzo de 1946 inicia su noviciado recibiendo el nombre de Sor María Ángela de San Francisco. El día 8 de septiembre de 1947 emitió sus votos Temporales y el 4 de octubre de 1950, los Solemnes.

Nuestra hermana san Francisco permaneció en la vida religiosa contemplativa 73 años. De ellos 62 vivió en su convento de origen y 11 en el Convento de Santa Ana, de Badajoz, donde se trasladó el 24 de Julio del 2007 junto con su comunidad. Esta fusión de ambas comunidades y el traslado a este Monasterio supuso para Sor San Francisco una gran prueba al tener que abandonar el Convento donde había permanecido por tantos años entregada a Dios y a las hermanas. La gracia de Dios y su deseo de cumplir en todo su voluntad, no solo le facilitaron la aceptación de este paso, sino que, además hicieron posible su fácil adaptación y el llegar a sentirse desde un principio perteneciente a la comunidad.

Durante su vida religiosa, sirvió a la fraternidad como discreta, ecónoma, enfermera y responsable del horno en el obrador.

Fue siempre una hermana muy entregada, ayudando en todo lo que podía y hasta sus 88 años estuvo, como dijimos, al frente del horno en el obrador, hasta que por una fractura de cadera se vio obligada a retirarse del trabajo y a permanecer en la enfermería del convento. En este lugar, fue purificándose por medio del dolor y de la configuración progresiva con Cristo paciente. Aquí, además, sabía agradecer a Dios las atenciones de las hermanas enfermeras, pues se sentía muy querida y cuidada por ellas.

Como testimonio de su vida queremos dejar constancia de un hecho singular acaecido una semana antes de su muerte. Sor Mª Ángela de San Francisco, encontrándose ya gravemente enferma y sintiendo la proximidad de su muerte, pidió a la madre abadesa que reuniera a la comunidad, pues deseaba pedirnos perdón por todo aquello en lo que ella hubiera podido habernos hecho sufrir. Decía que en los últimos momentos de su vida posiblemente no iba a estar consciente y no quería irse a la casa del Padre sin pedir perdón y dar las gracias por todos los cuidados y atenciones de las hermanas. Cumpliendo su deseo, nos reunimos entorno a ella y recibimos este hermoso testimonio de fraternidad que recordaremos como ejemplo vivo de vivir y morir franciscano.

A las doce y cuarto de la madrugada del jueves 1 de marzo salió a recibir el abrazo de Aquel a quien sirvió y amó con todo su corazón.

Hermana Sor San Francisco, de Dios te recibimos como don fraterno, a Él te entregamos agradecidas por todo lo que tu vida nos dio. Ve segura con Clara y Francisco y que María, Palacio de Dios y Vestidura de Dios te lleve junto a su Hijo y te ayude a revestirte de su inmortalidad

En alabanza de nuestro Señor Jesucristo. Amén.

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